martes, 11 de octubre de 2011

Enfermedades mentales

alteración La enfermedad mental, concepto enmarcado en la psiquiatría y medicina, es una de los procesos cognitivos y afectivos del desarrollo, considerado como anormal con respecto al grupo social de referencia del cual proviene el individuo. Se encuentra alterado el razonamiento, el comportamiento, la facultad de reconocer la realidad o de adaptarse a las condiciones de la vida.
Dependiendo del concepto de enfermedad que se utilice, algunos autores consideran más adecuado utilizar en el campo de la salud mental el término "trastorno mental" (que es el que utilizan los dos sistemas clasificatorios de la psicopatología más importantes en la actualidad: la CIE-10 de la Organización Mundial de la Salud y el DSM-IV-TR de la Asociación Psiquiátrica Americana). Sobre todo en aquellos casos en los que la etiología biológica no está claramente demostrada, como sucede en la mayoría de los trastornos mentales. Además, el término "enfermedad mental" puede asociarse a estigmatización social. Por estas razones, este término está en desuso y se usa más trastorno mental, o psicopatología.

Enfermedades mentales crónicas

Cualquier persona puede verse afectada en un momento dado por una enfermedad mental. La familia no tendría por qué ocultarlo si la sociedad estuviera preparada para reconocer el derecho de toda persona enferma a un tratamiento adecuado. Mientras llegue ese día, las asociaciones seguirán siendo la válvula de escape de la angustia de las
 familias
                                    ANOREXIA:
En medicina término anorexia (del griego "αν-" (an-), un prefijo que denota ausencia, y "όρεξη" (orexe) que significa apetito) se emplea para describir la inapetencia o falta de apetito que puede ocurrir en circunstancias muy diversas, tales como estados febriles, enfermedades generales y digestivas o simplemente en situaciones transitorias de la vida cotidiana. La anorexia es, por lo tanto, un síntoma que puede aparecer en muchas enfermedades y no una enfermedad en si misma.[1] [2], el
La anorexia nerviosa por el contrario, no es un síntoma, sino una enfermedad específica caracterizada por una pérdida autoinducida de peso acompañada por una distorsión de la imagen corporal y puede tener consecuencias muy graves para la salud de quien la sufre.
                          
                                    BULIMIA
El sentimiento que genera el atracón es de culpabilidad y de angustia, ha perdido el control durante un momento y ha comido todo aquello que en un principio no quería.
La ingesta no tiene porqué ser de algo específico, burdamente es abrir la nevera y comer todo lo que se pueda.
Algo que suele ocurrir es que tras una ingesta masiva y con la culpabilidad a flor de piel se decide comenzar una dieta o te autocastigas por haber comido tanto, el error es que vuelve a no comer adecuadamente.
Podríamos clasificar la bulimia como purgativa o no purgativa según la conducta que realice después de la ingesta. A diferencia de la anorexia, la bulimia no es restrictiva.
Una bulímica no purgativa realizará conductas compensatorias como dietas y ejercicio físico, mientras que una bulímica purgativa escogerá laxante, vómitos, purgas u otro tipo de acciones que la hagan expulsar lo que ha comido.
El autoestima es algo que hay que trabajar desde un principio porque una persona con un trastorno de alimentación no se siente bien dentro de su cuerpo.
Unas pautas alimentarias saludables son necesarias para llevar una vida sana y encontrar el equilibrio.
       BIGOREXIA


BIGOREXIA

VigorexiaLa vigorexia es un trastorno alimentario caracterizado por la presencia de una preocupación obsesiva por el físico y una distorsión del esquema corporal (dismorfofobia)(no confundir con el culturismo). Existen 2 manifestaciones: la extrema actividad del deporte o, la ingesta o comedor compulsivo para subir de peso pero en el espejo verse esqueleticos y seguir comiendo más. Aunque los hombres son los principales afectados por la vigorexia, es una enfermedad que también afecta a las mujeres.

Implica una adicción a la actividad física (especialmente a la musculación): los vigoréxicos suelen realizar ejercicio físico excesivo, a fin de lograr un desarrollo muscular mayor de lo normal, pues de lo contrario se sienten débiles o enclenques. A esta exigencia se suma un trastorno en la alimentación que se hace patente en una dieta poco equilibrada en donde la cantidad de proteínas y carbohidratos consumidos es excesiva, mientras que la cantidad de lípidos se reduce. Esto puede ocasionar alteraciones metabólicas importantes, sobre todo cuando el vigoréxico consume esteroides que ocasionan cambios de humor repentinos.

La vigorexia lamentablemente ha aumentado de cifras pues antes solo 2 de cada 10 la sufrían ahora es 4 de cada 10, pues lo que empieza con una simple idea de subir de peso puede ser una idea mortal .La baja autoestima, convulsiones, mareos, dolores de cabeza y taquicardias son síntomas de este desorden. Es más mortal que la anorexia y bulimia, ya que sólo puede estar en el cuerpo o el enfermo puede durar con este trastorno máximo 6 meses.

La ayuda de familiares y/o amigos es primordial pues debido a la pena de su enfermedad evitan ir con nutricionistas o especialistas.

La enfermedad puede ser mortal y es peligrosa si es severa pues el corazón se hace más pequeño debido a la falta de sangre.

La obsesión de estas personas por su cuerpo les lleva a pasar largas horas en el gimnasio, produciendo el aislamiento social, o incluso a consumir productos dopantes.

El tratamiento de este trastorno diagnosticado por Harrison G. Pope es multidisciplinar, centrándose sobre todo en terapias cognitivo - conductuales destinadas a modificar la autoestima, la imagen corporal que el vigoréxico tiene de sí mismo, y conductas tales como pesarse varias veces al día, entrenar muchas horas seguidas o ingerir gran variedad de suplementos alimenticios.

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